jueves, 27 de septiembre de 2007

Por que enseñar música?


Porque la música es rápida y eficaz a la hora de congregar y compartir, es reticente cuando se trata de indagar acerca de su naturaleza: Sus secretos devienen en vallas que solo se sortean de la mano del conocimiento.
Porque a sus reglas constructivas, que cambian de acuerdo con los diferentes estilos, épocas y contextos socioculturales, se suma la función significativa del arte y la necesidad de su valoración artística.


El Taller de Música

De movida, la palabra Taller nos remite a: “lugar donde se trabaja”, “lugar donde se repara, emparcha, remodela, reacondiciona”, “lugar donde hay mucho ruido, movimiento, acción”, “lugar donde se pone en practica, se construye”
El Taller es movimiento, es practica, es un lugar de prueba, de experimentación. Ahora.

¿Cómo será esto de un Taller de Música?

Bien, en el Taller de música se trabajara, se construirá (instrumentos, partituras), se inventara y se pondrá en practica. Por supuesto que habrá muchas idas y venidas. Será importante aprender a escuchar y a escucharnos, a considerar al otro. Y dejar de lado ciertas jerarquías (el que dirige, el que canta bien, el que sabe tocar). De ellos podremos aprender, pero como seguramente aprenderemos de quien por primera vez toma un instrumento en sus manos y… quizás encuentra una manera mejor, mas cómoda, para hacerlo sonar.

Deberemos aprender a respetarnos y entender que habrá momentos de ruido, bochinche, excitación y será necesario que así sea, porque estaremos inventando descubriendo una manera, un nuevo lenguaje, pero para eso deberemos trabajar alrededor del sonido, conocerlo, moldearlo. Y esto, escuchándolo o gracias al baile, al movimiento.




¿Cuál es el objetivo de mi Taller de Música?

Primero y principal intentar un acercamiento con el mundo sonoro. Existen colores, números, palabras y también sonidos. En la calle, en el aula, en la plaza, existen sonidos propios de esos lugares, es decir, cada lugar tiene un paisaje sonoro. Y nosotros podemos armar nuestro propio paisaje, a veces produciendo sonidos con nuestro cuerpo, a veces inventando maquinas que produzcan sonidos nuevos (cotidíafonos), a veces empleando maquinas ya inventadas (instrumentos).

Una vez metidos en ese mundo sonoro, podremos expresarnos cantando o tocando y también creando. Y podremos relacionarnos mejor con los compañeros. De nada servirá un taller de música si no somos capaces de aprovechar la oportunidad de trabajar grupalmente, de compartir con nuestro semejante, de aprender a escuchar y quizás descubrir que es más fácil aprender del otro y con el otro.

Objetivos primarios, básicos, fundamentales. Pero también existen otros objetivos inherentes al taller en si mismo:

Ó Aprender a escuchar música.
Ó Aprender a gozar con la música.
Ó Aprender el lenguaje de la música.
Ó Intentar desarrollar un espíritu critico mas allá del “me gusta” o “no me gusta”.

Al mi me servirá para buscar nuevas maneras, para aprender de los chicos, para tener nuevas herramientas de trabajo. ¡Y para disfrutar!

A los chicos, además de lo ya expuesto, para lograr una conducta social, para ser capaces de manifestar opiniones, para lograr una dinámica social de trabajo que les servirá también en otras áreas… ¡Y para hacer música!

Por que la Música



La música ha ocupado un importante lugar en la vida de los grupos sociales y en la construcción histórica del pensamiento humano. Como manifestación, espectáculo, encuentro social, patrimonio cultural, vehículo de emociones y sentimientos o como discurso que porta una pluralidad de interpretaciones acerca del mundo, ella ha representado siempre una expresión humana y compleja altamente valorada por la sociedad.
La música es evocadora de recuerdos, contribuye con facilidad a evocar imágenes vividas, y la mente es capaz de elaborar otras nuevas partiendo de percepciones interiores. La música propicia el desarrollo tanto de la memoria como de la imaginación, ambos elementos muy importantes para el proceso creador.
Creador es quien crea. Según el sentido figurado de la acción, crear es producir una obra de arte. Evidentemente, no todo ser humano puede pretender el rango de artista creador en la medida de la obra maestra. Pero todos llevamos algo de maravilloso dentro de nosotros, sólo tenemos que dejarlo florecer. No debemos matar nuestras ilusiones.
Creatividad se asocia muchas veces con la genialidad, pero ésta también puede presentarse en planos más modestos, así por ejemplo yo la fomento en clase con niños de 3 años al interpretar con ellos una obra de teatro, contarles un cuento dramatizado, cantar canciones, utilizar instrumentos musicales...Así que se puede decir que existen diversos niveles y que todos son buenos especialmente en la etapa de infantil.
Cantar es una de las maneras básicas de la expresión musical. Debe estar continuamente presente en la vida de las personas, especialmente en educación infantil. Generará otros "haceres musicales" concomitantes, como el acompañamiento instrumental o el movimiento expresivo.
Los niños a partir de los tres años, son capaces de acompañar con regularidad rítmica una canción, o música (marcha, danza...) percutiendo con las manos o con los pies, con alegría y entusiasmo, sobre todo si la canción o audición tienen un ritmo bien marcado y definido.
Desarrollamos esta inteligencia y la creatividad si hacemos que los que participan de este taller canten, toquen, reaccionen, analicen y compongan música. Existe una amplia gama de géneros musicales que desarrollan diferentes facetas de esta inteligencia como por ejemplo tararear, cantar, aplaudir, zapatear, tocar una gama de instrumentos electrónicos, de cuerda, percusión y viento.
Estoy convencida de que no es suficiente enseñar a los niños canciones, juegos con música... es necesario preparar las condiciones más idóneas para que se produzca el proceso, promover la adquisición de habilidades, poseer un repertorio musical amplio elaborado a partir de la premisa de que favorezcan el desarrollo de las potencialidades musicales, junto al crecimiento cognitivo y afectivo; además de que las actividades musicales suelen generar un clima de confianza, seguridad y espontaneidad que puede ser transferido a otros campos de aprendizaje infantil.